Yumiko-Matsumoto

Otoño By Yumiko Matsumoto Las hojas de los arboles comienzan a caer, cubriendo las calles de la ciudad con un manto marrón sin que nadie les dé mayor importancia. La gente camina sobre ellas, provocando crujidos a su paso, y algún que otro niño juega entre risas con los montones acumulados en el parque. Desde una cafetería cercana, una joven observa la imagen sin verla, sumida en sus pensamientos. Entre sus manos sujeta un café que se enfría poco a poco sin que ella se dé cuenta, hasta que alguien se acerca a ella y la saca de sus pensamientos poniendo su mano sobre su hombro. La chica se sobres

La playa By Yumiko Matsumoto Como otras tantas veces frente a aquella pequeña y solitaria playa, el sol del atardecer acarició los rostros de la joven pareja que se encontraba sentada sobre el pequeño muro, como dándoles una cálida caricia. Pero por primera vez, aquella imagen no era un marco de su felicidad, si no que se transformaba en una irónica representación de lo que estaba a punto de ocurrir. La joven de cabellos rubios observaba el horizonte con mirada perdida, a primera vista podría parecer relajada, pero la fuerza con la que estrujaba su vestido con los puños demostraba lo contrario.

Poema ecuestre By Yumiko Matsumoto Dos mentes, un pensamiento Dos corazones, un sentimiento Yo tu fiel jinete, tú mi amado caballo Ven, escúchame Calma tu inquieto corazón No hay nada que temer Ven, acompáñame Vamos a bailar juntos Como si uno solo fuéramos Eso es, mantente tranquilo Muestra toda tu belleza Expresa toda tu gracilidad Deslicémonos por la pista Como si flotáramos Como si uno fuéramos Eso es, sigamos así Dejemos atrás todos los miedos Viviendo el momento Despliega tus alas Y volemos alto Como si no hubiera mañana Y en este silencioso baile Donde sin decir nada

Recuerdos de un viejo San Valentín By Yumiko Matsumoto “Muy bien, respira, eso es, tranquila. Tú puedes hacerlo, lo hemos ensayado muchas veces” Cierras los ojos e inspiras profundamente mientras te repites una y otra vez esa frase. Puedes sentir a tú corazón latiendo con fuerza y tus manos sudorosas y temblorosas. Así que rápidamente las secas en tu pantalón, dándote cuenta demasiado tarde de lo que estás haciendo y rezando por que no quede ninguna mancha. Miras la hora y tus nervios aumentan. Puedes sentir como tú estomago se encoje conforme el momento se a

¿Feliz? Navidad By Yumiko Matsumoto Aquella mañana la pequeña niña se levanto mucho más pronto que de costumbre. El sol comenzaba a salir y la luz que entraba por el gran ventanal del final del pasillo iluminaba su pequeña figura. Con su mantita cubriendo su pequeño cuerpo, sus zapatillas de conejito y su osito bajo el brazo, la niña avanzó lentamente por el pasillo, frotando sus ojos con sus rechonchas manitas, aún medio adormilada. Al llegar al final del pasillo, la pequeña detuvo sus pasos frente a la escalera y miro hacia abajo. — ¿Mami? Su t&iac